Come Fly With Me / El Tema....
Creo -casi al 100%- que esta historia la tenía formulada desde que estaba en la primaria. Recuerdo soñar con recorrer el mundo, conocer sus culturas, sus olores, sabores, conocer gente que me nutriera el alma y la mente de conocimientos y experiencias vividas. Soñaba con el privilegio de trabajar en algo que me llevara más allá de nuestras playas. En casa teníamos unas enciclopedias de todos los países del mundo, donde mirando cada página soñaba despierto y, en ese estado, mi mente conseguía lo que mi cuerpo quería: viajar. Parecía que viajaba en retrospectiva a ese sueño, me llevaba de vuelta por los lugares que siempre me han llamado la atención y por otros países en donde mis sueños terrenales aún no me permitían aterrizar.
“Come fly with me” es mi visión de estilo de lo que he visto en el mundo. De todo lo que he disfrutado en cuanto a gastronomía, ocio y de la cantidad de amigos de todas las nacionalidades que, gracias a Dios y a mi trabajo, hoy tengo.
El hombre que propongo en esta oportunidad sigue siendo el mismo de mis colecciones anteriores, solo que más experimentado y de mente más abierta. Es un hombre sin estaciones, ni climas fijos, que vive el día a día al máximo.
Se desayuna un Trdelník con un chocolate caliente en Praga; al mediodía come pasta en Milán, Italia; se va de fiesta los días calurosos por New York; hace las compras de su despensa en el Mercado de San Miguel en Madrid, España; se toma un Mojito con sus amigos en La Habana, Cuba; y adora la provoleta de Argentina. Siempre tiene un look casual-chic y las piezas necesarias en su equipaje.
Es amante de la música, la lectura, la antropología, la arquitectura, de un buen vino y está siempre dispuesto a probar y experimentar todo tipo de comida.
Pero, al mismo tiempo, es aquí -en la República Dominicana- donde, agazapado entre la arena blanca de la playa, disfruta de los ritmos autóctonos y el placer de la brisa fresca del mar.
“Come fly with me” es una visa abierta al mundo. Desde Los Ángeles a Antigua Guatemala, de México a Estocolmo, de Milán a Argentina o de Cartagena de Indias a Las Vegas los invito a que me acompañen por este diario de mi vida como viajero, un tour donde el estilo masculino de la década de los 50 está presente.
Este hombre no viaja por trabajo. Es de los que utiliza las estaciones como verbo: “veraneaba e invernaba”. Es un intelectual del jet set de la época dorada. Juega al golf en sus vacaciones. Este hombre es un nómada con estilo que se pasea por Acapulco en traje de lino, con gabardina en Londres, con gamuza en las fiestas de París. Es literalmente la “Élite del aire”.
Ya listos, con su visa para dejar volar su imaginación y maletas preparadas, quiero que disfruten una vez mas de estas imágenes y de uno de los momentos inolvidables de mi vida. Un viaje imaginario con diferentes escalas en donde los colores y las texturas juegan un papel determinante.
Déjense llevar en este viaje en donde las fronteras son simplemente nubes que se entrelazan en un sol radiante y un cielo azul, y la luna exhibe su mejor brillo reflejada sobre el mar.
Abróchense los cinturones, porque este vuelo de mi vida no terminara nunca. Bendiciones y que disfrute de las imagenes.
Fotos tomadas por Shamir Fersobe
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