Wednesday, April 14, 2010

Japon, algo mas que suchi en el mundo....

6 de agosto 2009, Santo Domingo / Paris 10:30 PM (hora de Rep. Dom.) 9 horas de vuelo, dos horas de escala, 1er. Amanecer. Paris 7 de agosto 2009. Paris / Japon 5:00 PM (hora de Francia), 11 horas de vuelo, 2do. Amanecer. Tokio, Japón 8 de agosto 2009, Aeropuerto Internacional de Kansai. WAOOOO.... asi como se ve, puede resultar poco motivador viajar a esta tierra de tanta cultura e historias contadas. ¿Qué puedo decir salvo lo agradecido y afortunado que soy por haber podido disfrutar de este MARAVILLOSO viaje?..... Al llegar a este país lo primero que me viene a la cabeza es SUSHI.... Pero por supuesto Japón es mucho mas que eso. Tras largas horas de vuelo llegamos a nuestro destino. Allí estábamos, como siempre (Y a pesar que en el avión había bastante comida) llegamos con mucha hambre, al parecer es un mal que tenemos ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja... Las imagenes eran impactantes ante mis ojos, ver aquella exhibición gastronómica en el aeropuerto fue mi primer contacto con la comida netamente japonesa.

Aquello parecía una exposición de obras de arte, la presentación de cada especialidad esta servida en los platos como si se tratara de una escena de algún comercial (en muchos de los comerciales de comida esta no es real y nada esta cocinado, a esto me refiero) luego aquel olor a especies, pescado, frituras mezclado con el calor del vapor que salia de varias de las cocinas al aire libre que allí había. Era simplemente mágico, tal cual como me imaginaba Japón desde pequeño.


Turistas al fin nos dirigimos a los locales de sushi, con el ingles criollo que nos caracteriza y con la falta de hablarlo que tenia el japones que nos atendió en el restaurante poco a poco nos fuimos entendiendo. Debo confesar que no simpatizaba demasiado con la gastronomía de este país. Por mucho que había intentado, los manjares de la cocina japonesa seguían siendo prescindibles en mi dieta. Esto gracias a una experiencia que tuve con el sashimi aderezado con salsa de soja y una pizca de wasabi. Nunca he olvidado ese exótico y traicionero aderezo, que merece un capítulo aparte y que me convirtió en Hulk frente a varias personas. El efecto es devastador. Casi, como tragarse un pedazo de carbón caliente.

Unos minutos mas tarde vimos venir a nuestro joven camarero con varios platos en sus manos, en una de ella se encontraban los dumplings al vapor que había pedido, un poco de soya y lo mas cómico NOS ENTREGARON TENEDORES EN VEZ DE PALITOS ORIENTALES ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja... Los japoneses ven con buenos ojos que utilices palillos para comer, aunque nuestra destreza sea cuestionable. La suerte que mis clases con los gigantescos sushis de Sushimi ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, sirvieron de algo.

Luego de esa pausa para comer algo rápido, nos dirigimos hacia el Hotel Seiyo en el sector de Ginza. Instalados allí y con un día maravilloso, soleado y con mucho calor salimos a caminar un poco por la Avenida Ginza que significa “menta de Plata” en japonés, tomó el nombre de una moneda de plata que se elaboró allí en 1612. Por más de 100 años su nombre ha sido sinónimo de lujo, alta sociedad y compras. Entre tienda y tiendas callo la noche y otra vez con mucha hambre ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji, ji.... nos dirigimos a un restaurante que nuestro guia tour nos habían recomendado ubicado a unas cuadras de donde estábamos en Rappongi en la calle Chuo – Ku.

Llegamos al restaurante “INAKAYA” mas o menos como a eso de las 9:30 de la noche, con una reserva previa (cosa que no entendí en ese momento, porque aquel restaurante no me decía gran cosa, no había lujo, ni nada que me diera una idea de un restaurante especial, de hecho llegue a pensar que se trataba otra vez de sushi y estaba al punto de cogerle odio y eso que apenas llevábamos medio día en Japón) lo que me llamo la atención fue presenciar la cantidad de vegetales, pescados, langostinos y otros manjares que estaban frente a nuestra mesa.

Si algo caracteriza al Restaurante “INAKAYA” es su trato personalizado. Me pude percatar que solo había una mesa cuadrada en la que cabían solo 15 o 18 personas, a nuestra izquierda había una pareja de enamorados y luego estábamos nosotros (que eramos 5) yo aun seguía pensando en buen dominicano que este lugar estaba caído y que nos “guallariamos” con aquella comida. Gracias a Dios y para mi sorpresa no fue asi. Uno de los camareros nos pregunto que si queríamos sake hiyazake (frio) o atsukan (caliente), todos nos decidimos por el frio, ya que aquel calor que producían las parrillas frente a nuestros rostros era agotador.

Luego llego el momento de pedir que comer, la orden la teníamos que hacer de todo lo que estaba en distintos platos justo donde estábamos sentados. Habían muchas cosas allí que nunca en mi vida se me habrían ocurrido llevar a mi boca pero fue hasta que la curiosidad venció al miedo y devoré el primer plato, una cebolla aderezada en una salsa dulce. Lamento no poder explicar el sabor de este particular encurtido, sólo puedo decir QUE ESTABA BUENISIMOOOO.

Lo mas chistoso del lugar es que según los cocineros nos pasaban los distintos platos hacían un ruido en voz alta que mas o menos se escribiría de este modo “JAYYYYYY”.... ya ustedes se imaginan aquellos dominicanos pavos por la falta de sueño, la risa nuestra se escuchaba en todo el restaurante. Parecían atletas de sumo y llegamos a pensar que se trataba de alguna broma toda ese escandalo que hacían. Luego con el correspondido sonido del JAYYYYYYY nos pasaron otro de los platos que ordenamos (que dicho sea de paso estos platos eran pasados en un tipo de pala de madera larga que nos permitia alcanzar la comida) en esta ocasión, una carne roja a la parrilla con un poco de soya. La cocina japonesa es muy variada, siempre basada en productos frescos y de una calidad increíble tanto en sabores como en presentación. No concibo que alguien vaya a Japón y no se zambulla en su gastronomía. Eso es imperdonable.

JAYYYYYYY... De este modo se anuncio nuestro próximo plato en la mesa. AYYYYY DIOS MIO, UNAS BERENJENAS A LA PARRILLA QUE NO TENÍAN MADRE. Cada detalle típico japones en “INAKAYA” hacen que el comensal viva una nueva experiencia gastronómica. JAYYYYYYY... acto seguido, llegaron unos langostinos (sin mentirles los mas grande que he visto en mi vida) a mí no me importaba el desorden que estaba haciendo ¿Por qué? Pues porque nunca había probado algo tan bueno y tan bien cocinado como estaba eso.

Luego de comer tantas delicias me dirigí al baño del restaurante y para mi sorpresa me encuentro en la pared de la escalera llena de fotos de estrellas de Hollywood que han estado sentadas justo en donde estamos nosotros. Cameron Diaz, Tom Cruise, Adrian Brody, Naomi Watts, Toby Maguire entre muchas otras luminarias de cine se han dejado conquistar por el amistoso sonido JAYYYYYYY...


Les comente a todos mis amigos ¡Señores esto es caro! ¡Esta cuenta va a llegar cara, porque vi muchas fotos de gente famosa en la escalera del baño!... Efectivamente, nos sirven lo que nos queda del sake (me imagino que para que no nos de tan duro la cuenta) y nos entregan la cuenta, todo lo que comimos por el módico precio de US$200.00 Dolares... JAYYYYYYY... JAYYYYYYY... asi fue que dijimos nosotros cuando vimos aquello. Aun asi, valió la pena la cena, “INAKAYA” es toda una experiencia culinaria digna de vivirse, más aún si es usted un amante de esta cocina que, aunque puede parecer muy ajena al paladar dominicano, al final resulta de cualquier forma deliciosa.


Definitivamente la cocina japonesa seduce con una estética muy cuidada, milimétrica y realizada con materias primas de alta calidad; las formas, los colores, los contrastes, el olor, el sabor, la textura, son elementos que llaman la atención y generan ilusión por degustarla, valores que atraen incluso al público que contempla con duda la gastronomía mundial. Es imposible de describir, porque hay tantas sensaciones que están involucradas, que no se puede. El haber estado en Japón, indudablemente, fue un sueño hecho realidad ya que lo veía inalcanzable.

Me pude dar cuenta que nada esta lejos, ni mas serca, que el mundo es de la forma como queramos verlo y que al fin y al cabo, con diferetes culturas, idiomas o gustos gastronómicos, somos iguales en el fondo. ¿Qué fue lo mejor de Japón para mí? Pienso que todo, pero lo que mas me conquisto y me enamoro fue ver el Japón tradicional y el Japón moderno que se manifiestan en la vida diaria de los japoneses.


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